La natación es una disciplina, como siempre se dice, sumamente completa. Aunque hay diferentes estilos de natación, en este articulo vamos hablar sobre la técnica del estilo espalda.
Es uno de los estilos de natación que se utilizan en competición en los Juegos Olímpicos, y de todos los estilos de nado, es el único que no se realiza estando boca abajo. Este estilo consiste en nadar de espalda al agua, e impulsarse con la ayuda de un movimiento alterno de brazos y piernas.
En comparación con otros estilos de natación, nadar a espalda tiene la ventaja de no presentar demasiados problemas con la respiración, porque la cara está permanentemente fuera del agua. Sin embargo, el nadador no puede ver hacia dónde va.
El estilo espalda también se conoce como el crol invertido y aparentemente tiene las mismas características que el estilo crol, salvo la orientación supina del cuerpo en el agua. También consiste en una acción alternativa de los brazos y de las piernas, y como los nadadores se desplazan sobre su espalda, se ven obligados a realizar brazadas con trayectorias laterales.
A continuación vamos a analizar lo que implica tener una buena técnica de este estilo.
Posición del cuerpo
La posición del cuerpo es casi horizontal en tendido supino, con las caderas justo debajo de la superficie del agua. La cabeza está casi en línea recta con el cuerpo. El cuerpo debe quedarse lo más paralelo posible al nivel del agua, mientras se realiza el nado. Así también podemos apreciar un movimiento de rolido que facilita la acción de la brazada y disminuye la resistencia al avance, permitiendo a su vez mantener el cuerpo en la línea horizontal.
Acción de los brazos
El movimiento de los brazos es fundamental para lograr una buena técnica del estilo espalda. En este sentido, ambas extremidades deben estar perfectamente coordinadas (no solo entre sí, sino también con la rotación de la cadera y los hombros) y al igual que el crol se subdivide en dos grandes apartados: fase aérea y fase sub acuática. A su vez, ésta última tiene varios sub apartados.
El movimiento de piernas en espalda es similar a la patada del estilo mariposa. La patada hace una gran contribución a la velocidad de avance, mientras que estabiliza significativamente el cuerpo y evita que el nadador se vaya de lado.
El movimiento de piernas debe ser alterno, con una pierna descendiendo a unos 30 grados para iniciar el movimiento. Desde esta posición, la pierna hace una patada rápida hacia arriba, doblando ligeramente la rodilla al principio y luego estirándola de nuevo. Por lo general, los velocistas tienden a usar seis patadas por ciclo, mientras que los nadadores de larga distancia pueden usar menos. También hay variantes con cuatro o dos patadas por ciclo.
La respiración
Normalmente se aconseja que el nadador inspire cuando le sea cómodo o cuando lo necesite. De todos modos, para evitar una respiración insuficiente, es mejor intentar que el principiante respire de modo acompasado. Inspirar por la boca al recobrar un brazo y espirar por la boca y nariz al recobrar el otro brazo.
La coordinación
Brazos-Respiración. El nadador no realiza ningún movimiento
con la cabeza ya que esta se mantiene constantemente sobre la superficie del
agua. Sin embargo conviene que el nadador realice la respiración rítmicamente,
inspirando en el recobro de un brazo y espirando en el recobro del otro.
Brazos-Piernas. La importancia del batido en el
estilo espalda hace que la coordinación utilizada generalmente sea la de 6
tiempos: primer batido acaba al final del agarre, segundo batido acaba al final
del empuje y el tercer batido acaba en la segunda parte del recobro.
Brazo-Brazo. Cuando un brazo entra en el agua el
otro se encuentra en la fase de empuje.
Beneficios del estilo espalda
La natación estilo dorsal es sumamente recomendada para personas que por diferentes dolencias necesitan fortalecer su espalda y prevenir nuevas lesiones. Por ejemplo, pacientes de hiperlordosis, cifosis, escoliosis, protrusión o hernia discal.
Los beneficios para los músculos de la espalda se deben a que la posición obliga a realizar las brazadas con una trayectoria más lateral que por debajo del agua. Asimismo, se trabajan fuertemente las habilidades motoras y el balance corporal.
Finalmente, nadar de espalda permite que los ligamentos del cuello y la espalda se alarguen al tiempo que no causa impacto negativo en la columna vertebral. Sin embargo, puede generar contracturas si el nadador no adopta la postura correcta.
En conclusión, se trata de un estilo sencillo al que no hay que tenerle miedo. Una vez logrado el dominio del nado de espalda no vas a querer dejar de realizarlo por el placer que genera la posición y lo rápido que se hace notar el fortalecimiento de los músculos dorsales.
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