El salto es una actividad natural en el niño, una
habilidad motriz que debemos desarrollar. No debe preocuparnos la distancia
saltada o superada, que está a veces muy relacionada con el desarrollo del
niño, sino el aprendizaje técnico de las distintas especialidades del
atletismo.
Indudablemente y en una primera fase de iniciación
el elemento principal debe ser el juego y a través de él aprender los gestos
globales de los saltos de altura, longitud y triple y quizás a partir de
determinado momento del salto con pértiga.
En
condiciones normales, la didáctica de los saltos exige el aprendizaje de éstos
de una manera global. Sin un aprendizaje mínimo del salto completo en general,
no podremos pasar a una segunda fase más propia de los adultos, que estaría
centrada primordialmente en el aprendizaje analítico de:
1. La batida
2. La carrera, como fase previa a la batida,
esto es, la capacidad de, mediante carreras de longitud creciente, realizar
batidas cada vez a una mayor velocidad.
3. El vuelo, principalmente en salto con pértiga.
4. La caída, sobre todo en lo que respecta a
los distintos tipos de
caída existentes en salto de longitud y triple.
Similitudes
Todo
salto comporta 4 fases en su ejecución:
1. La Carrera
2. La Batida
3. El Vuelo
4. La Caída
Diferencias
En
los saltos verticales (altura y pértiga),
el paso del listón vendrá influido por las fases anteriores.
En
los saltos horizontales (longitud y
triple) la fase de vuelo y la caída tendrán su origen en la carrera y la
batida.
La
parábola de todos los saltos, excepto el de pértiga, se determina en la batida
donde se transforma parte de la velocidad horizontal en velocidad vertical. El
caso de la pértiga es distinto, pues aunque una batida correcta resulta
imprescindible, después de ella el saltador sigue agarrado a la pértiga y puede
modificar la trayectoria de su centro de gravedad.
En
relación a la velocidad necesaria para cada uno de los saltos:
El salto de longitud
es el salto más rápido, lo mismo en lo que respecta a la carrera como a la
ejecución de la batida. La carrera puede llegar a tener más de 20 zancadas, y
la duración de la batida alrededor de 10 centésimas de segundo.
El triple salto
con una carrera cercana a las 18 zancadas y una primera batida con algo más de
duración.
El salto con pértiga
exige una velocidad relativa, pues está en función de la habilidad para correr
con una pértiga en la mano. En la batida sucede lo mismo pues esta depende en
gran parte de la habilidad del saltador para colocar la pértiga.
En el salto de altura
la carrera tiene una importancia más relativa. La carrera tipo para el salto de
altura estilo Fosbury, tiene alrededor de 8 zancadas. La Duración de la batida
es de 15 centésimas.
En
cuanto al vuelo, tiene una importancia
menor en los saltos por las razones que hemos expuesto con anterioridad, es
decir, la parábola del saltador viene determinada en la batida y en la fase
aérea, salvo en pértiga, ésta no se puede modificar, por tanto, las acciones
que realizamos durante el vuelo sirven únicamente para equilibrar el cuerpo.
La caída
como tal, sólo tiene importancia en los saltos de longitud y triple, pues con
los fosos actuales de caídas, tanto en pértiga como en altura, el atleta no
hace falta ningún tipo de preparación especial para caer, si estos son lo
suficientemente amplios.
Respecto
a la técnica:
La
pértiga es indudablemente el que más trabajo requiere.
La
longitud es muy raro que se entrene con la carrera completa, y el triple salto
prácticamente nunca, pues los golpeos en las distintas batidas son exigentes y
requieren mucho descanso y recuperación entre las sesiones técnicas, aunque
éstas se realicen siempre con una carrera menor de lo normal.
En
algunos países esta especialidad está prohibida en edades tempranas (menos de
catorce años), debido a las sobrecargas que puede causar en los pies y en las
articulaciones, todavía en proceso de desarrollo. El salto de altura se puede
practicar técnicamente con mayor frecuencia y con la carrera completa.
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